El Toro de Barro

El Toro de Barro

lunes, 30 de julio de 2012

"Stevenson", de Álvaro Valverde...









Álvaro Valverde
(España, 1959)

Stevenson, skerryvore




Nuestra familia ha construido siempre faros
que orientaron la ruta de los barcos del mundo
y les dieron la luz que precisan aquéllos
que aventuran su vida en las noches aciagas;
esas noches sombrías de borrasca y tormenta
que castiga a los hombres que navegan sin rumbo
a través de los océanos.


Son torres que los nuestros erigieron
contra el agua y el viento
y la niebla y la noche.


Dejadme a mí que dé
un paso al frente
y que, desoyendo de todos el consejo
y quebrantando la tácita ley
de los antepasados.
me ponga del lado de los otros;
de los que decidieron
mirar la tierra firme para siempre
desde la móvil, huidiza e infinita
distancia de los mares.

                                                      


De Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010)
Ed. La Isla de Siltolá. 






Grandes Obras de 
EToro de Barro 
Carlos Morales, "Salmo”, Col. «Cuadernos del Mediterráneo», Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2005.
Carlos Morales, "Salmo
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
 































jueves, 26 de julio de 2012

«Aquél», de Jorge Luis Borges

AQUÉL, de Jorge Luis Borges; Libro de Referencia: Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo". Col. La Piedra que Habla. Ed. El Toro de Barro, Carlos morales del Coso Ed.Tarancon de Cuenca, 2011. PVP 10 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es

Jorge Luis Borges
(Argentina, 1899–1986)
Aquél

Oh días consagrados al inútil
empeño de olvidar la biografía
de un poeta menor del hemisferio
austral, a quien los hados o los astros
dieron un cuerpo que no deja un hijo
y la ceguera, que es penumbra y cárcel,
y la vejez, aurora de la muerte,
y la fama, que no merece nadie,
y el hábito de urdir endecasílabos
y el viejo amor de las enciclopedias
y de los finos mapas caligráficos
y del tenue marfil y una incurable
nostalgia del latín y fragmentarias
memorias de Edimburgo y de Ginebra
y el olvido de fechas y de nombres
y el culto del Oriente, que los pueblos
del misceláneo Oriente no comparten,
y vísperas de trémula esperanza
y el abuso de la etimología
y el hierro de las sílabas sajonas
y la luna, que siempre nos sorprende,
y esa mala costumbre, Buenos Aires,
y el sabor de las uvas y del agua
y del cacao, dulzura mexicana,
y unas monedas y un reloj de arena
y que una tarde, igual a tantas otras,
se resigna a estos versos




Grandes Obras de 
El Toro de Barro
 Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo". Col. La Piedra que Habla. Ed. El Toro de Barro, Carlos morales del Coso Ed.Tarancon de Cuenca, 2011. PVP 10 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo".
Col. La Piedra que Habla. 
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales del Coso Ed.
Tarancon de Cuenca, 2011.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
 Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo". Col. La Piedra que Habla. Ed. El Toro de Barro, Tarancon de Cuenca, 2011. PVP 10 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es


 

















martes, 24 de julio de 2012

"El abismo", Shamer Khair,







El abismo
(Traducción de  Carlos Morales y Javier Semprún)



Me agarré a él, por accidente, hace treinta años,
pero aún no nos hemos conocido.
Largo tiempo había pasado antes de que consiguiera liberarse
del denso manto de sus sueños,
sucio manto ya de tanto arrastrar
sus flecos por el camino.
Un día lo arrojó y caminó desnudo
hasta que el sol gravó en su piel mil cicatrices.
No podía creer que pudiera salvarse de la roca
ni del vaivén de esa enorme aleta que tanto anheló.
No quería hacer nada que ya hubiera hecho antes.
Sólo tenía que controlar su miedo,
dejar su cuerpo caer, como una manzana...
Cuando, asustado, quiso agarrarse al pegajoso borde
del abismo, se vio caer abajo y más abajo
hasta desaparecer
enterrado en una fosa del tamaño de su cuerpo.


Nadie regresó jamás del fondo del abismo.
Todos caen sin remedio en el abismo.
No es aconsejable quedarse colgado en el vacío,
como un agujero en la negra camisa del cielo.
En el abismo no hay tiempo para meditar
sobre el significado de la caída,
tan larga que no deja otra elección.
En el abismo el placer es sólo para aquellos
que se arrojan y no miran al fondo.
Un día decidí que usaría un paracaídas
pero no pude soportar la idea de abandonar a mis compañeros
en tiempos tan difíciles, sin una causa clara.
Tuve que rasgarlo, y abrazar una enorme roca y trepar
de nuevo hacia lo alto, allí donde ellos me esperaban.
Hoy en día disfruto tanto de esta costumbre
que, en el centro del abismo, ya no siento nada.









Del libro 
Coexistence 
El Toro de Barro
Tarancón de Cuenca 2002





"La Tormenta"__*__"Tarde o temprano"__*__"Pobre Laila"

"El abismo"__*__"El fuego de la tribu"__*__"Algún día"










Shamer Khair, enCarlos Morales COEXISTENCIA, Antología de la poesía isralí -árabe y hebrea- contemporánea.

2ª Edición.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Libro recomendado

Cuando tocó mi mano con sus dedos,
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón

se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.


Shamer Khair